La bimaternidad, momento de trabajar emociones
Cuando ya somos padres de un niño o niña, o de más de uno, la llegada de un nuevo pequeño a la familia es motivo de una tremenda ilusión pero también de muchas dudas. En primer lugar, nosotros mismos como padres nos preguntamos si será posible querer a otro hijo o hija como lo hacemos con los que ya tenemos. Esa duda, no hace falta ni decirlo, se disipa automáticamente en el segundo en que le vemos la cara a nuestro retoño. Lo que tarda un poco más en gestionarse es la reacción del nuevo hermano o hermana mayor.